Más peligrosa, más disuasiva, más eficaz que las concertinas comunes. La instalación de concertina tipo arpón resulta una práctica de defensa cuasi sanguinaria: sus puntas semejantes a arpones o anzuelos penetran la piel y la carne en un sentido, cortando y desgarrando como bisturíes, y no permiten retroceder y desengancharse sino desgarrando aún más.
La concertina, también conocida como alambre de cuchillas, es la defensa mecánica predispuesta más disuasiva y eficaz utilizada para la seguridad perimetral en la actualidad. Reemplaza y mejora ampliamente todos los medios mecánicos de seguridad perimetral conocidos hasta hoy, como ser: alambres de púas, vidrios picados, puntas de rejas, etcétera. Está hecha de láminas de acero (tipo Gillette) con puntas filosas y un núcleo de alambre de altísima resistencia. Por su propia constitución resulta imposible de cortarla con cualquier herramienta de uso común por un delincuente.
La instalación de concertina se realiza con fines principalmente disuasivos: el aspecto intimidador de este alambre de seguridad es suficiente para amedrentar al potencial intruso y hacerlo desistir de su actitud hostil. Sus ofendículas corto punzantes enganchan y hieren eficazmente, por lo que quien quiera traspasar este tipo de defensa se ve obligado a arriesgarse, a trabajar duro, a retrasarse y a exponerse. Todo esto convierte a la concertina en una barrera infranqueable para proteger tu propiedad.
La colocación de concertina es sumamente rápida y no requieren engorrosas obras de infraestructura. Sólo se necesita el manejo técnico competente que exige este elemento de protección. Su montaje de seguridad se realiza sobre bases pasivas, como muros, rejas, alambrados, techos, cornisas, etc., dispuesta en forma espiralada e inclinada hacia el exterior, haciendo más dificultosa la agresión externa. También se usa la instalación instantánea o móvil para uso militar y/o policial.
En años anteriores este tipo alambre sólo era accesible para uso militar, presidiario o de extrema seguridad. Actualmente se ha vuelto habitual la colocación de concertinas en casas particulares, fábricas, edificios, escuelas, campos, estadios deportivos, clubes y countries, brindándoles a todos por igual un altísimo nivel de seguridad antiintrusión.
Existen diversas formas y tamaños de fabricación e instalación de concertinas, por lo que constituyen una segura y rápida solución para cualquier necesidad de protección antiintrusión en infinidad de aplicaciones. Los principales modelos son: helicoidal simple, helicoidal cruzada, plana, lineal y romboidal (ver galerías de fotos).
Contamos con concertinas fabricadas tanto con acero galvanizado como con acero inoxidable, lo que las hace altamente resistentes a la intemperie, pudiendo inclusive instalarse bajo el agua en su versión de acero inoxidable; esto garantiza una durabilidad excepcional incluso en ambientes costeros, húmedos o altamente corrosivos.
Podemos ofrecerte la concertina en el color que prefieras, ya sea para combinarla estéticamente con tu reja, pared, cerco vivo o cualquier otra estructura del entorno. También es posible pintarla simplemente para reducir su brillo metálico y hacerla menos visible a distancia, sin perder su capacidad disuasiva.
El diseño no es casual. Cada espira, cada filo, cada ángulo cortante tiene una única misión: impedir el paso. Y no de forma simbólica, sino real, física y dolorosamente efectiva. El filo de la concertina no advierte: actúa. Un simple roce es suficiente para causar una herida profunda, desgarrante. Las puntas se clavan, se enganchan en la piel y no sueltan. El intento de liberarse sin herramientas específicas sólo agrava el daño.
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